jueves, 16 de julio de 2009

el mal

EL MAL

El entorno violento del hogar, prejuicioso y altanero. Recogemos migajas de violencia por todos lo rincones, no hace falta rezar y pedir al todopoderoso ser que no se mezcla con los humanos y que los deja a su libre albedrío, para desatar la cólera atrapada dentro de la jaula psicológica, acostumbrada a esconderse en la timidez y la vergüenza. ¿Dónde nace toda esa violencia que se desata por los ambientes serenos y vírgenes de la calle? Traemos situaciones violentas que sólo buscan la primera oportunidad para saltar como dardos inflamables sobre nuestro adversario, sea quien sea. El niño pone la mano y pide un poco de amor y cariño, el maltrato es su respuesta, la mujer espera ansiosa la caricia y una bofetada, si no la muerte, su recompensa. Camuflados los sentimientos negativos se rezagan y se guardan, mejor sería no pensarlos, ni siquiera imaginarlos, pero ¿Cómo? La risa, remedio infalible, es un escape, los pensamientos son peligrosos, la imaginación corroe los senderos monstruosos de la mente. Pienso, luego actúo y provoco malestar en mi entorno al pensar de forma perversa.

viernes, 3 de julio de 2009

el conformismo

CONFORMISMO:
Se nota por todos lados que el conformismo se ha apoderado de los ambientes culturales, la risa estupefacta se encuentra agazapada en los rincones del desafuero. Los rostros paseantes por las calles, son rostros con la frente fruncida, jalonada y violenta, los suspiros son palpables en cada conversación por las esquinas cada vez menos concurridas. Los libros perduran en los anaqueles si ser consultados, vacías las salas de espectáculos añoran el público que nunca llega. La brisa sucia de la ciudad gris cae presurosa dejando el calor insoportable con alientos de rencor, odio y miedo, mientras caminan todos por la acera empujándose y vociferando exterminios. Hoy no acude nadie a divertirse, conformistas no piden saber más ni conocer más, es el tiempo en los que la risa ha quedado perdida en los callejones de la miseria y la pobreza, un aire de desolación se ha apoderado de la vida cotidiana, urge encontrar la diversión y producir el arte necesario para avivar la felicidad.

miércoles, 1 de julio de 2009

el mal

El entorno violento del hogar, prejuicioso y altanero. Recogemos migajas de violencia por todos lo rincones, no hace falta rezar y pedir al todopoderoso ser que no se mezcla con los humanos y que los deja a su libre albedrío, para desatar la cólera atrapada dentro de la jaula psicológica, acostumbrada a esconderse en la timidez y la vergüenza. ¿Dónde nace toda esa violencia que se desata por los ambientes serenos y vírgenes de la calle? Traemos situaciones violentas que sólo buscan la primera oportunidad para saltar como dardos inflamables sobre nuestro adversario, sea quien sea. El niño pone la mano y pide un poco de amor y cariño, el maltrato es su respuesta, la mujer espera ansiosa la caricia y una bofetada, si no la muerte, su recompensa. Camuflados los sentimientos negativos se rezagan y se guardan, mejor sería no pensarlos, ni siquiera imaginarlos, pero ¿Cómo? La risa, remedio infalible, es un escape, los pensamientos son peligrosos, la imaginación corroe los senderos monstruosos de la mente. Pienso, luego actúo y provoco malestar en mi entorno al pensar de forma perversa.